martes, 21 de agosto de 2007

Reflexión 2


Aprendamos a disfrutar el escuchar...


El mundo acelerado de hoy no nos damos el tiempo para tomar un descanso y poder sentarnos un rato simplemente a relajarnos y disfrutar de nuestro entorno. Nos vemos tan agobiados por la cantidad de deberes que debemos atender que simplemente pasamos en alto los minutos de relajo al aire libre que podríamos aprovechar… La cuidad nos agobia con su incesante movimiento y con su constante contaminación (tanto acústica como medio ambiental); su ritmo acelerado nos lleva a envolvernos en él sin darnos cuenta cayendo en la rutina diaria sin poder hacer un quiebre y para poder relajarnos y descansar.
Pero a pesar de estar envueltos en esta voraz cuidad aún existe el tiempo libre y las áreas verdes a las cuales podemos acudir a respirar. El problema es poder aprovechar este tiempo para realmente tomarse un relajo y no caer en encerrarse en la casa a mirar el televisor. Un tiempo al aire libre, ya sea en el parque o fuera de la ciudad, es al parecer la dosis de relajo que debemos incorporar para producir un quiebre en nuestra rutina.
¿Cuándo fue la última vez en que se acostaron en un parque simplemente a disfrutar del paisaje, sin pensar en las tareas que debemos realizar, y escuchar a los pájaros cantar? ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaron el pasear por las calles escuchando buena música, por el simple gusto de escuchar? Muchas veces las cosas tan pequeñas como el detenerse a disfrutar y escuchar se nos olvida dentro de nuestra rutina y no vemos el beneficio que esta simple acción nos puede traer a nuestras vidas. Todos necesitamos de un minuto de relajo, en el cual seamos capas de olvidar la rutina y acordarnos de cuáles son nuestros pasatiempos para volver a retomar; necesitamos un tiempo en el cual podamos deleitarnos con las cosas simples que nos ofrece la vida como es el hecho de escuchar.
Muchos autores hacen referencia a la importancia que tiene escuchar (Beuchat (2001), Madaule, entre otros) y de todas las implicancias que esto trae. Paul Madaule, en su artículo “La música una invitación a escuchar, al lenguaje y al aprendizaje”, menciona la importancia que tiene el escuchar música vital en el proceso de aprendizaje y a la vez el rol de deleite que dicho proceso debe conllevar. El proceso fisiológico de escuchar permite que el niño perciba los sonidos de forma organizada, lo cual es en otras palabras escuchar; Madaule propone que “la música prepara al oído, la voz y el cuerpo del niño a escuchar, integrar y emitir sonidos del lenguaje”. Es por esto que el adulto debe darse el tiempo para realizar acciones tan simples como escuchar para así poder transmitirlo a las futuras generaciones y así aprovechar los beneficios que esto trae.
El saber escuchar es algo que consideramos vital para poder relacionarnos con otras personas, sin embargo, según Beuchat (2001) las investigaciones recientes demuestran que el 80% de las personas tiene dificultades para escuchar con atención y respetar las opiniones ajenas, siendo que saber escuchar es una “cualidad altamente valorada en la sociedad, ya que permite establecer buenas relaciones personales y sociales” (Beuchat, 2001).
Según este mismo autor existen 4 formas diferentes de escuchar*: el escuchar atencional (que es para obtener información, como por ejemplo obtener un mensaje); el escuchar analítico (lo cual consiste en analizar lo escuchado para resolver algo como por ejemplo discriminar algún sonido); el escuchar apreciativo (el cual es el de deleite y goce, como por ejemplo escuchar una canción), al cual nos hemos venido refiriendo en esta reflexión; y el escuchar marginal (el cual consiste en captar otros estímulos además del foco de atención, como por ejemplo el leer y escuchar música). Estas 4 formas a nivel educativo son cruciales de desarrollar y se deben disponer de los espacios adecuados para favorecerlos. Este mismo autor nos plantea que “existe una importante vinculación entre escuchar y el aprendizaje de la lectura… y la capacidad de escuchar comprensivamente beneficiaría las habilidades lectoras.” Además menciona que el escuchar apreciativo es el que menos recurrencia tiene a nivel educativo, y que a mi parecer, es el primordial que se debe desarrollar para poder alcanzar los otros.
Es por esto que hago un llamado a reflexionar acerca de la importancia que tiene el escuchar y de generar este hábito desde nosotros mismos para así poder promoverlo con las otras personas y en lo posible en las futuras generaciones, para así poder crear un mejor ambiente en donde la gente se tome el tiempo de escucharse a sí mismo, a las otras personas y al entorno que lo rodea. Se hace un llamado a tomar un tiempo de descanso para deleitarnos a escuchar, ya sea una simple melodía o el cantar de los pájaros al andar.

Paulina Calvo Gómez.
21 de agosto de 2007

*Para más información de cómo enseñar y potenciar el escuchar se invita a revisar la bibliografía presentada a continuación.

Bibliografía.
· LA MUSICA UNA INVITACIÓN A ESCUCHAR, AL LENGUAJE Y AL APRENDIZAJE. P. Madaule
· ESCUCHAR UAN HABILIDAD QUE ES NECESARIO DE ENSEÑAR. C. Beuchat.
· JUEGOS VERBALES. Condemarín.
· DESARROLLO DEL ESCUCHAR Y DEL LENGUAJE ORAL EN NB1: ALGUNAS CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS. P. Baeza, M. Solís
· CÓMO DESARROLLAR EL LENGUAJE EN SU HIJO. The daily parent. Boletín informativo para padres que trabajan